Nos encanta hacer muñecas. Es como revivir una infancia en la que hacíamos rudimentarios vestiditos a nuestras muñecas con los trozos de tela sobrantes de nuestra madres costureras. Cualquier cinta, trozo de puntilla, botón o tul, se convertían en preciados tesoros para poder adornar aquellos vestidos, mezcla de saco o túnica romana, que nos parecían los modelos más preciosos que podían lucir nuestras entrañables muñecas.
Con esta muñeca que hoy os traigo, revivimos la felicidad de poder hacer y vestir a nuestras muñecas como antaño.
Tiene el cuerpo rellano de miragüano, o sea que es una muñeca blandita con la que cualquier niño/a, por pequeño/a que sea, podrá jugar o podrá dormir con ella.
Nos gusta ponerle detallitos, como la puntilla y la flor de raso del cuello y los lazos de sus botitas.
La carita es una minúscula línea bordada para la boca, y otra todavía más pequeña para la nariz, dos ojos pintaditos y las sonrosadas mejillas que no faltan nunca en nuestras muñecas.
Aquí la tenemos con una compañera que hicimos hace ya muchos años. Dos amigas muy parecidas que harán las delicias de Lucía y de Abril, dos niñas que seguro que las convertirán en sus inseparables amigas.
Deseo que os haya gustado y os animo a regresar a la infancia cosiendo muñecas de trapo. En el futuro dispondremos de Kits, con patrones, instrucciones y material para que hagáis vosotras mismas muñecas como ésta y otras.