REIKO KATO

Descubrí los trabajos de la japonesa Reiko Kato en la Feria de Patchwork de Sitges del año 2.010 y quedé totalmente fascinada por su creatividad, la pulcritud  con la que realiza las aplicaciones, su buen gusto en la elección y combinación de las telas  y la dulzura de sus temas. Reinterpreta las archiconocidas Sunbonnets americanas en actitudes y situaciones  de lo más variadas y originales, y sus casitas y decoraciones estilo country, pero a la japonesa,  me encantan.

Es autora de tres libros: "Pequeñas historias de Sue y Billy", dos de sus personajes más reconocibles, "Heartful Quilts" y "My dream quilts". Yo adquirí el tercero  después de haberla descubierto en Sitges y en su introducción me enteré, por ejemplo, de que en 2.001 creó su Taller-tienda  "Mother's Dream" en la periferia de Tokyo, de que es una trabajadora infatigable (duerme sólo cuatro horas al día) y que comenzó su dedicación en serio al patchwork después de su matrimonio. Desconozco ni por aproximación su edad, ya  que a los occidentales nos cuesta mucho adivinar la edad de los orientales, y supongo que sucede lo mismo a la inversa.

Para los que no conozcáis los trabajos y la manera de hacer de Reiko Kato, os muestro algunas de las obras expuestas en la Feria de Sitges de hace un par de años:

 El año pasado me enteré de que en Salardu, en pleno Valle de Aran, en el mes de septiembre,  Reiko Kato venía a impartir dos cursos  de una jornada de duración cada uno. Me apunté a los dos enseguida, pensando que  se agotarían las plazas a toda velocidad, dado el éxito que había tenido su exposición de Sitges. Así, con mi costurero y con una emoción enorme por conocer a Reiko y aprender su técnica, subí al Valle el último fin de semana de Septiembre. En el primero de los cursos, dedicado a la preparación de la casita-costurero que a continuación os muestro, eramos bastantes alumnas, pero en el curso del día siguiente, dedicado a la preparación de un panel para la pared, estábamos inscritas sólo dos alumnas, lo que nos permitió a las dos afortunadas disfrutar de Reiko y de Teresa Sako, su amiga y traductora, casi en exclusiva. Un verdadero privilegio!!!  

Esta era la casita del primero de los cursos, colocada en la mesa de trabajo del grupo. Detras de ella se pueden ver el conjunto de telas japonesas que se incluían en el kit que adquirimos para hacer la casita. Las telas japonesas son de lo más adecuadas para este tipo de trabajos. Son muy blandas y, cortadas al biés, se vuelven de lo más dúctiles  a la hora de hacer las aplicaciones, por pequeñas y curvas que éstas sean.

Aqui podéis ver un detalle de dos de las fachadas, con sus macetitas con flores bordadas y sus pequeños detalles, como los escalones de la puerta, hechos con minúsculas tiras de tela, independientemente cada escalón.

Aqui podéis ver la cajita abierta. La verdad es que por dentro queda muy bien acabada, sin costuras a la vista. Desgraciadamente no pudimos acabarla y actualmente sigue tal como quedó el dia del curso. He intentado ponerme en alguna ocasión, pero con poco éxito. Confiemos en que este verano encuentre tiempo para acabarla y os la pueda enseñar.

La chimenea es un minúsculo alfiletero, cuyas dos únicas dos piezas podéis ver ya preparadas antes de montarlas en la casita.

El segundo día el curso se dedicó a un panel con cuatro bolsillos para colgar en la pared.  En cada bolsillo aparecían las inconfundibles sunbonnets de Reiko Kato, de las que ha hecho tantas que creo que las podría hacer con los ojos cerrados. Aqui véis como transferíamos el dibujo a la tela, para luego poder añadir la aplicación.

Aqui véis como Reiko se servía de una cuchara para poder  hacer el acolchado. Con la cuchara apretaba la tela y la aguja salía por encima de la cuchara sin peligro de que volviera a clavarse en la ropa. Nunca había visto a nadie trabajar el acolchado con una cuchara.

Esta es mi  primera aplicación casi concluida. El perro me salió un poco ladeado hacia la izquierda ¿no os parece?

Aqui tenéis una imagen completa de la pieza, que tampoco pudimos llegar a concluir y que aguarda, paciente y silenciosamente, que un día la rescate de una caja para acabarla y lucirla como se merece.

Al acabar Reiko nos obsequió con la telas y patrones necesarios para hacer el monederito que véis más abajo. Fue un bonito detalle y se lo agradecimos mucho. Durante los dos días en los que compartimos tantas horas, Reiko me pareció una persona exquisita en el trato, de una educación y un elegancia envidiable, y de una  sencillez y humildad que la honoran.  Si os enteráis de que imparte algún curso cerca de donde viváis, no dudéis en apuntaros. Os encantará.

Y para acabar, una imagen de las dos poco antes de despedirnos, paseando por las paradas de la Feria de Patchwork de Salardu. Hasta pronto Reiko! Y mil gracias a Teresa Sako, que nos acompañó durante los dos días y que fué una traductora y profesora inmejorable!