Querido nieto, ...

Hoy dedico esta página a mi nieto. Hoy, pues, me permito la licencia de dejar un poco de lado el patchwork aunque lo retomaré al final, para hablaros un poco de él y de cómo los nietos transforman parte de nuestras vidas y revolucionan el mundo de nuestros sentimientos.

Hoy mi nieto cumple seis meses. Desde hace, pues, medio año, se ha incorporado alguien verdaderamente especial en mi vida, alguien cuyas sonrisas  y parloteos, apenas ensayados, recien descubiertos, dibujan una sonrisa permanente en mi rostro y un sentimiento de felicidad inmensa. Es curioso como un ser tan pequeño ha logrado hacerse un espacio tan grande en mi vida. Desde su pequeña cuna, ya sea con su mirada curiosa o ya sea con su dulce y plácido sueño, arrincona enfados y malos humores, me hace olvidar sinsabores y episodios más o menos amargos, más o menos incómodos, más o menos dolorosos, para abandonarme a la inocente y entrañable tarea de intentar hacerle sonreir o de intentar hacerle dormir, tarareando una canción de cuna de la que apenas recuerdo una parte del estribillo: "Buenas noches, mi amor, ... duerme en paz, dulce amor, duerme en paz, ...". Repito una y otra vez esa parte de la nana. No recuerdo nada más, pero supongo que a él le basta con el sonido de mi voz, con el movimiento leve con que lo mezo, con mis deseos de que tenga un sueño feliz y en paz.

Hoy mi nieto cumple seis meses y quiero dedicar mis mejores deseos para él. Le deseo que se convierta en un ser humano honesto, comprometido con la tierra en la que ha nacido y de la que deberá hacer un buen uso (no un abuso, como las generaciones pasadas), solidario con la gente, sobre todo con quienes más lo necesitan, creativo, para que encuentre nuevas fórmulas para construir un mundo mejor, alegre y divertido, porque la gente divertidas se lo pasa mucho mejor que los serios y aburridos, sencillo, muy sencillo, porque la sencillez y la espontaneidad de las personas me parecen sus mejores atractivos y, sobre todo, que sea capaz de amar y ser amado sin límites, sin miedos y sin reservas. Le deseo que reconozca el valor del esfuerzo y del trabajo, pero también del descanso y de la extraordinaria sensación de estar frente al mar o en lo alto de una montaña sin hacer nada, sin pensar nada, sólo disfrutando del maravilloso placer de estar vivo. Y si al final no es ni lo uno ni lo otro, ni creativo, ni divertido, ni alegre y no se cumple ninguno de mis deseos, qué más da! yo le querré exactamente igual, porque no hay mayor prueba de amor que de la aceptarnos tal y como somos, con nuestros defectos y nuestras carencias.

Si eres padre o madre y me estás leyendo, te deseo que cumplas muchos años para saborear el inmenso placer del que ya saboreamos los abuelos.

Si eres nieto o nieta, ama mucho a tus abuelos, porque sólo amándolos mucho conseguirás acercarte a lo mucho que ellos te aman a tí.

Y si no eres ni padre, ni madre, ni nieto, ni nieta, ni abuelo, ni abuela, ama a todos y cada uno de los niños, porque de esta manera serás mucho más rico.

Y, finalmente, si eres abuela o abuelo y me estás leyendo, estoy segura de que compartes algunas o muchas de esas sensaciones conmigo y de que, como a mí me sucedió, descubriste una nueva forma de amar cuando te pusieron a tu nieta o nieto por primera vez en tus brazos. Su presencia, su existencia, ha enriquecido lo mejor de nosotros: nuestra capacidad de amar. Por eso les hemos de estar agradecidos: ellos nos han hecho mejores personas.

Felicidades Martí,

Tu Ina

Y para que también hoy haya algo de labores, os enseño el guante de las cinco caras que le hice hace unas semanas a mi nieto. Utilicé un guante que compré en uno de esos bazares chinos. En la parte de las yemas de los dedos le puse una carita de fieltro  de color carne cosida al guante a punto de festón, después de haberle hecho los ojos con sendos puntos de nudo y la boca con punto de cadeneta muy pequeño. Una vez cosidas, también le dí un poco de color a las mejillas con pintura.

Cada rostro presenta una expresión diferente, serio, sonriente, sorprendido,  … y el pelo se lo con hice una

lana de colores.  

 Le añadí unos cascabeles para  que tuviera un sonido agradable al  mover el guante frente al bebe, mientras

le  vas mostrando las cinco caritas. 

Y este es mi querido nieto frente a su guante… Le gusta muchísimo.

 Animaros a hacerlo. Por muy poquito dinero, tendréis un juguete para el bebe  sencillo y muy entretenido, 

gracias a  los colores vivos, los sonidos y el salero que pongáis vosotros al moverlo frente a él o a ella. 

Además, le gustará que acaricies su carita con las lanas de los extremos de cada dedo. Probadlo!! 

Aqui os dejo otra versión: